Dignidad Agropecuaria Colombiana, Bogotá, marzo 8 de 2020

El algodón fue uno de los sectores damnificados en “las primeras de cambio”, con la Apertura Económica impuesta al país desde 1990. De 400 mil hectáreas sembradas en 1977, ya en el 91 se sembraron 276 mil y en la cosecha 2019-20 solo 850 productores han resistido a su desaparición y plantaron 14 mil hectáreas. A pesar de su calidad y competitividad productiva, el ingreso al país de la fibra textil subsidiada, ha llevado a este importante renglón al estado de postración en que hoy se encuentra.

En el departamento de Córdoba, que llegó a sembrar el 15% del área nacional, 375 productores que prepararon sus tierras y se arriesgaron a sembrar 6.000 has, viven hoy el “peor de los mundos”. Las costosas semillas transgénicas monopolizadas por Monsanto y Bayer, han bajado su producción en 500 kilos/ha por su escasa adaptación a las nuevas condiciones climáticas, acarreando una pérdida de un millón de pesos/ha. a los productores y Acosinú que compraba la mayor parte de la semilla producida en la región, cesó sus operaciones. La fuerte disminución de los ingresos de los algodoneros, impide que cubran los costos de producción y la cosecha que hoy se recoge, es de las peores de los años recientes. Dos propuestas para mitigar la crisis plantean los productores al Ministerio de Agricultura: que los 2.500 millones de pesos que el año pasado se dispusieron para mitigar las pérdidas, se utilicen hoy para sortear la debacle actual, además, que el Ministerio disponga de recursos para adquirir la semilla que hoy nadie les compra, y esta sea utilizada en la alimentación de bovinos como se ha hecho con otros sectores en dificultades.

Dignidad Agropecuaria Colombiana, se solidariza con los productores algodoneros de Colombia, llama al Ministro de Agricultura para que atienda de manera urgente las razonables propuestas de los algodoneros de Córdoba y se impida la desaparición de este importante cultivo y con él, de los 2.500 empleos directos y miles de indirectos que genera. Hace propia también la exigencia de los productores para que el gobierno nacional defienda la investigación que realiza Agrosavia y se coloque a disposición de los agricultores las semillas mejoradas y de bajo precio obtenidas por Agrosavia, hoy vetadas por las multinacionales Bayer y Monsanto.