VUELVE Y JUEGA Actualidad Arroz por admin - 19 abril, 202319 abril, 20230 DIGNIDAD AGROPECUARIA COLOMBIANADIGNIDAD ARROCERA NACIONAL El duopolio molinero en el arroz repite la táctica tantas veces utilizada cuando la cosecha de año grande se vislumbra abundante. Primero fue Diana (molino Murra) y luego Roa, bajando, en sospechosa coincidencia, el precio del arroz en cáscara, cuando no hay justificación alguna para hacerlo. Los inventarios de diciembre, sensiblemente menores al año anterior; una cosecha de mitaca tan pequeña como siempre; las importaciones de USA, por encima del precio nacional; sin embargo, bajan el precio,incluso después de ferias, promovidas por ellos, de incremento al consumo de semillas e insumos vendidos por esos molinos. Los costos de producción, incluyendo fertilizantes e insumos necesarios en el cultivo, elevadísimos, resultante de la importación de los mismos, ante la inexistencia de insumos nacionales que los suplan considerablemente. Las tasas de interés de los créditos bancarios y extra bancarios, estos últimos suministrados por las mismas industrias que imponen el precio nuevo, por las nubes. Las importaciones, resultado de los TLC con USA , Ecuador y Perú, remplazando cerca de 80000 hectáreas y el gobierno actual, como lo anteriores, renuentes a revisarlos y renegociarlos. Esta situación nos obliga a denunciar ante la opinión pública y el gobierno nacional, a fin de que ,una, entienda que la industria molinera no puede decidir la suerte de la agricultura de arroz a su antojo y determinada por su ansia insaciable de lucro a costa de la producción primaria y de otra el gobierno nacional, incluida la superintendencia de industria y comercio (SIC), estén impasibles ante un caso palpable de ejercicio de una posición dominante en el mercado, abiertamente ilegal e inconveniente para una política de convertirnos en potencia mundial de la vida y de la producción de alimentos. Llamamos a los productores de arroz a cerrar filas en contra de este atropello y al gobierno nacional a tomar medidas urgentes ante un monopolio que sin mediar justificación alguna, diferente a su desaforado ánimo de lucro, detenga con autoridad dentro de la ley tamaño despropósito, frente a unas industrias que sin miramiento alguno y contra toda conveniencia sobre la soberanía alimentaria de los colombianos, pretende repetir prácticas que en un gobierno que pregona el cambio, no deben ser admitidas impunemente.