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Un reto más para la nueva gerencia de fedecafe

4 de Agosto de 2015

Luis Gonzaga Cadavid Y

Desconocer la gran responsabilidad que le corresponde a la Federación Nacional de Cafeteros, a la sociedad civil desde su debilidad en la lucha frente a la defensa de los bienes comunes y al propio silencio de las autoridades ambientales,  respecto a la reducción de los bosques y al desestimulo de las estrategias de conservación ligadas a la producción cafetera, sería una torpeza.

En tal sentido comparto la   afirmación  de muchos respecto a que la producción cafetera desde las erráticas políticas de manejo,   afectó considerablemente el ecosistema y con ello todo lo que de esto  se desprende.

Los retos  para la nueva gerencia en materia ambiental no podrán ser de su resorte exclusivo en tanto se requiere para enmendar los errores del pasado y mirar el futuro con responsabilidad frente al cambio climático,  el diseño de políticas  de Estado dirigidas a lograr  un país rural con visión de prosperidad tanto desde lo económico, lo  social  y lo ambiental  en relación a la recuperación y la conservación del ecosistema.

Una gerencia con tan inmensa responsabilidad,  si no cuenta con políticas de Estado en diversos órdenes,  difícilmente podrá cumplir los retos señalados.

La Federación Nacional de Cafeteros  requiere de una   fuerza gremial tan poderosa que tenga la capacidad de agrupar también la voz de las necesidades de la ruralidad colombiana,  en tanto alrededor del café,  se desarrollan otra serie de cultivos y actividades rurales que por sus prácticas,  se han convertido en una amenaza para el ecosistema.

Una gerencia y un gremio que esté atento a las tendencias de la política pública de turno,  respecto a las pretensiones de cultivos en nuevas zonas del país, Orinoquia para no ir muy lejos, y cómo ello afectaría el ecosistema.

Una gerencia con una fuerza capaz de asumir una posición férrea frente a la búsqueda de la compensación por los servicios ambientales de los recursos naturales que protege el campesino,  para  el disfrute   del resto de  la población colombiana.

Una gerencia capaz de  tener  voz propia respecto al manejo del postconflicto (que es la esperanza de todos) y el manejo responsable el ecosistema.

Una gerencia capaz de proteger la cultura campesina frente a los proyecto de agro industrialización del  campo y capaz de generar las estrategias necesarias para que el campo sea el lugar ideal para vivir por parte de la población campesina,  evitando el desplazamiento que se viene dando  hacia las ciudades,  por falta de oportunidades y atractivos para tener una vida digna.

Una gerencia capaz de tener una participación decisiva respecto a la discusión  del  uso del suelo vs la conservación  desde la sociedad civil, frente a las tendencias legislativas que se ven venir.

Una gerencia capaz de poner en la mesa de discusión con el gobierno la problemática de los proyectos minero energéticos en zona cafetera.

Una gerencia capaz de darle un viraje significativo al Servicio de Extensión y a Cenicafé con el maridaje de un sistema financiero real, frente a la implementación verdadera  de  las Buenas Practicas Agrícolas (BPA) en los esquemas productivos.

Una gerencia  capaz de incidir y participar desde la fuerza gremial en el diseño de las políticas públicas que requiere el país, el campo, el café, para  que en materia ambiental se logre mantener  lo conservado y recuperar lo devastado.

No de otra manera se entiende el sentido de las agremiaciones, como expresión de un segmento de la sociedad civil que se une para defender los intereses colectivos.

En tal sentido Dignidad Agropecuaria Colombiana se propone como uno más de sus objetivos propugnar por una política pública que garantice  al campesinado colombiano una estabilidad tanto social como económica  y un orden cierto para el ecosistema de nuestro país ; para ello se buscara desde la estrategia del constituyente primario (el pueblo)  dejar establecidos constitucionalmente  los mandatos normativos  que le impongan al gobierno de turno el diseño de políticas públicas que garanticen al agro colombiano su sostenibilidad.

Finalmente la GARANTIA DE COMPRA como uno de los bienes más preciados para los agremiados nos convocara a una próxima reflexión.

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