You are here
Home > Columnistas > Libardo Gómez > Un país sin agricultores

Un país sin agricultores

LIBARDO GOMEZ SANCHEZ 

Abel con los años reflejados en una mata blanca que cubre su cabeza y el rostro ajado por la brisa y el sol que lo golpean en prolongadas jornadas de trabajo en la ladera, revolcando el suelo para sembrar la semilla de frijol y limpiar de malezas las maticas de café escasas de abono aporreadas por el largo verano, en la galería de Rivera  Huila su pueblo al escuchar el parlante que invita a estampar la rúbrica en la planilla aprobada por la registraduria nacional  se aproxima tímido, casi apenado le dice a la voluntaria que recoge las firmas que él no sabe escribir muy bien, que si le hace el favor y llena sus datos para apoyar la iniciativa, que él apoya el campo y firma el referendo por el agro nacional, que no quiere que el campo se marchite como ocurre con su vereda La Juntas a donde dejó de ir el mixto o chiba como le dicen en otros lugares porque ya no hay carga que fletar y varios de los antiguos finqueros optaron por irse de la zona pues ya no es negocio sembrar nada, cuando se lleva cualquier producto al mercado siempre se encuentran con que la plaza se llenó de importados lo que hace que los comerciantes les ofrezcan poco por la carga que bajan de la montaña y no compensa el trabajo y los gastos para producir, que no consigue crédito porque aparece en una lista de morosos que manejan los bancos porque la sequía acabó sus cosechas y enflacó sus animales que vendió a menor valor para sobrevivir porque no alcanzó para cancelar las deudas, que quiere vender un pedazo de los tres cuartos de hectárea que tiene pero a nadie le interesa comprar en un lugar donde la vía es una trocha y solo sirve para la agricultura olvidada por el gobierno el que acaba de fijar un presupuesto ridículo para el ministerio de agricultura muy inferior al del año pasado; al escucharlo nos preguntamos qué pasará cuando todos los campesinos se cansen y dejen de sembrar, que comida podremos poner en las mesas de nuestros hogares si no habrá dólares para importarla como ocurre ahora en Venezuela, que pasará con los tractoristas, los mecánicos, los empleados de molinos y de las pocas agroindustrias que viven de su relación con la producción agropecuaria, que pasará con una Colombia sin agricultores.

Deja una respuesta

Top