Le llegó el turno fatal a la ganadería Carne por admin - 26 julio, 201726 julio, 20170 La Vanguardia, Leonidas Gómez Gómez, domingo 23 de julio 2017 Lento, sobre seguro y siempre con estrategias engañosas, el Gobierno viene aniquilando la producción y el trabajo nacional para convertir al país en importador neto. Primero asfixió la industria, luego la manufactura, después la producción agrícola y ahora decidió acabar la ganadería. Cada día se puede comprobar, de una y mil maneras, que los TLC fueron diseñados para importar y no para exportar. Para poner un solo ejemplo, en los últimos 8 años Colombia disminuyó sus exportaciones de vacuno en 96.75% a un ritmo negativo del 12% anual (Fuente: Legiscomex/Fedegan). Y por el contrario, las importaciones de carne vienen aumentando tanto que a los frigoríficos les ha tocado salir a buscar mercados alternativos en países tan lejanos como Rusia, Jordania o el Líbano, en el preciso momento en que la desidia y la corrupción oficial han permitido la propagación de la fiebre aftosa y el incremento desmesurado del contrabando. Medio millón de familias colombianas viven del ordeño; sin embargo, el Gobierno de Santos y su ministro Iragorri, al amparo del TLC con Estados Unidos y otros países, vienen promoviendo la importación de leche líquida, en polvo, lacto sueros y quesos que han saturado las bodegas de los compradores mayoristas. Como consecuencia, el precio de la leche nacional cayó a menos de la mitad. Los paños de agua tibia ofrecidos como compensación pretenden impedir que el gremio ganadero identifique la magnitud del golpe fatal que se le viene encima con el acuerdo pactado el pasado 30 de junio en Cali por los gobiernos de Colombia, Chile, México y Perú para incluir como socios de la llamada Alianza Pacífico a Nueva Zelandia y Australia, auténticas potencias ganaderas con subsidios oficiales a la leche y la carne, contra los cuales, en las condiciones actuales, la competencia será imposible. La actitud despiadada de Santos contra la ganadería merece el repudio nacional y la más activa solidaridad con los pequeños, medianos y grandes productores de carne y leche, quienes valerosamente están defendiendo su derecho al trabajo y a la seguridad alimentaria de los colombianos.