Algunas notas del viaje a México Oscar Gutierrez por admin - 15 septiembre, 20150 Invitado por la ANEC, con motivo de la celebración de los 20 años de fundación de esa organización de los agricultores mexicanos, participé en el “Encuentro Internacional Economía Campesina y Agroecología en América: movimientos sociales, dialogo de saberes y políticas públicas”, que se celebró en Ciudad de México del 31 de agosto al 2 de septiembre y, entre el 2 y 4 del mismo mes, estuve en San Cristóbal de las Casas, estado de Chiapas, participando del Foro “Vulnerabilidades, desafíos y estrategias de la cafeticultura en Latinoamérica”. En ambos eventos lo hice en mi calidad de director ejecutivo de Dignidad Agropecuaria Colombiana y como vocero de Dignidad Cafetera en Caldas. También estuvo Cesar Pachón, Vocero Nacional de Dignidad Agropecuaria. Los eventos fueron organizados, además de la ANEC, por varias universidades mexicanas, organizaciones campesinas e indígenas, asociaciones de científicos e investigadores sociales y por la IATP de Mineapolis, Minesota y por WHyHunger. También contó, el de Chiapas, con el respaldo del PNUD. Dos eventos que abordaron temas de interés para los agricultores y los cafeteros de América Latina y en los cuáles logramos identificar unos puntos de convergencia entre las diferentes organizaciones y acordarnos para crear una red de información y construir un espacio que nos permita adelantar acciones de oposición y crítica a los tratados de libre comercio ya firmados y a los que se acuerdan por estos días, entre muchos gobiernos Americanos y varios del área del Pacífico. Tratados como el TTIP, CETA, TPP, TISA generarán, sin duda, más daño no solo -a la producción industrial y agraria- sino a la soberanía económica de naciones como las nuestras. Por eso una de las conclusiones es promover, entre el 10 y el 17 de octubre jornadas mundiales de acción contra los tratados de libre comercio. También acordamos promover actividades de los movimientos sociales frente a la próxima reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático un asunto que está afectando el ingreso, la producción y el bienestar de millones de productores agropecuarios pero además los salarios y la capacidad de compra de los habitantes del mundo. En el Encuentro en Ciudad de México, nos acercamos a un tema que reviste interés para los agricultores de muchos sitios de Colombia y es la Agroecología. Un asunto que no hace parte, estrictamente, de la agenda de Dignidad Agropecuaria pero que practican algunos de sus afiliados, ya sea como personas naturales o como organización. Temas como el uso intensivo de insecticidas, agro-tóxicos, fertilizantes, semillas transgénicas y otras usanzas propias de las prácticas agrícolas que impulsan las grandes transnacionales productoras de agro-químicos fueron altamente cuestionadas. También se condena en la proclama que aprueba el Encuentro, el modelo de producción agrícola que se basa en la privatización, extranjerización de la tierra de naciones como colombia, concentración y presencia del capital financiero en la siembra de las tierras más fértiles y precios de monopolio, acaparamiento y especulación con los alimentos. Hicimos una referencia especial a la Ley Zidres que se tramita hoy en el Congreso. En todas las naciones se combina, además, con las importaciones de alimentos que arruinan a los productores locales y entregan el control, la comercialización y distribución de la dieta alimentaria básica a los grandes monopolios. En el evento cafetero de Chiapas, me acerque a lo que es el modelo de producción, venta y comercialización del café, sin presencia de instituciones que protejan a los cafeticultores -como les dicen en ese país- a quienes siembran el grano. Y la afirmación tiene que ver con lo siguiente: En México el café es el séptimo cultivo agrícola con mayor superficie cultivada y ocupa el puesto doce como generador de valor en el agro. “La producción es predominantemente de arábiga y ha disminuido en los últimos diez años, debido entre otros motivos, a la disminución en el precio internacional, a la caída en su rendimiento por el agotamiento de los cafetos y a plagas como la roya, que actualmente afecta los cafetales en un 50%”*. Hay 543 mil productores de la rubiácea que en 2013 sembraron 737 mil hectáreas y produjeron 4 millones 170 mil sacos de café de 60 kilos. Para este año esperan, por la afectación de la roya, una disminución en la producción a tan solo 3 millones 200 mil sacos. La mayoría del café se produce en zonas con población indígena y según estudio del CDRSSA, “los predios cafetaleros del país han tenido un proceso sostenido de atomización, la superficie promedio por productor en 1978 era de 3.48 hectáreas y en 2004 se redujo a 1.38 hectáreas” y con una producción promedio por hectárea de 15 cargas. Pero, además, los municipios cafetaleros se caracterizan por la pobreza de su población, 7 de cada 10 habitantes viven en condiciones de alta y muy alta marginación”. Y, aunque sorprenda, más de 400 mil hectáreas estas sembradas con cafés especiales, algo que llama la atención de quienes criticamos a los que le apuestan a los cafés especiales como la redención del ingreso de los caficultores. Aquí es inevitable acordarme de las declaraciones del nuevo gerente de la federación de cafeteros: Colombia, según Vélez,” tiene grandes oportunidades en el mercado de los cafés especiales, un nicho que se ha popularizado en todo el mundo y que exige un mayor valor agregado por parte de los productores”**. Deberíamos aprender de la experiencia mexicana donde, con todo y su cercanía a los EE.UU y con más del 60% de su producción en cafés especiales, se sufre al igual que el resto del mundo, por el control de la comercialización internacional del grano por unas pocas multinacionales. En México, la compra y exportación está en manos de los “coyotes” como llaman los campesinos e indígenas a los compradores privados según me explicaron en el Foro de San Cristóbal de las Casas. Otra parte la compran, benefician y exportan las cooperativas, casi todas indígenas y campesinas pero, aun así, están sometidas al precio internacional y en esta temporada de precios bajos están, prácticamente, en lo que aquí llamaríamos punto de equilibrio. Frente al pavoroso ataque de la roya, -50% de infestación- la acción estatal es más de apoyos parciales, focalizados y bastante clientelistas y electoreros, que de acciones fuertes, subsidiadas y generalizadas para controlar la plaga. No hay un instituto de investigación para el control y lo que están haciendo es resiembras con cafés catimor y aplicando “caldos” de oxicloruro de cobre. Lo que me llamo poderosamente la atención es que son los caficultores solos, con sus pocos recursos y organizaciones, enfrentando la plaga, la caída de los precios, la acción de los coyotes, la exportación de su grano y la defensa de sus cafetales. No es nada halagador, para su trabajo, la realidad que enfrentan y de ahí sus condiciones de pobreza y, en muchos casos, de miseria. Muchas notas más tomamos en nuestra visita pero debo resaltar el acuerdo al que llegamos, con varios dirigentes latinoamericanos, de crear una red de información e intercambio de experiencias y volvernos a encontrar, en diversos escenarios, para ir construyendo -poco a poco- una red que sea capaz de aplicar la máxima de que: “como el Imperio globaliza la opresión, nosotros globalizaremos la resistencia” buscando que nuestros pueblos alcancen la seguridad y la soberanía alimentaria como parte de la lucha por la soberanía nacional y el bienestar de nuestras naciones y de la humanidad. *Reporte producción y mercado del café en el mundo y en México Nov 2014. Centro de Estudios para el desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria CDRSSA **Revista Dinero. Tenemos que convertir las parcelas cafeteras en una agroempresa Roberto Vélez 8/11/2015